La Actitud, un Estado de Baja Inversión Empresarial
- Víctor Beltrán
- 16 ago 2017
- 2 Min. de lectura
Los baby bommers, la generación X, la generación Y, la generación Google, la generación millenium, etc., tienen algo en común: la actitud

Es importante que exista una preocupación sobre este estado en el ser humano porque deriva en pérdidas en las empresas y organizaciones de acuerdo a las siguientes características:
Es un constructo o variable no observable y no predecible porque depende de muchos factores en el ser humano
Implica una organización, es decir, una relación entre aspectos cognitivos, afectivos y conativos, y el ser humano requiere de una preparación o formación para realizar dicha asociación
Tiene un papel motivacional de impulsión y orientación a la acción en la que influye la percepción y el pensamiento
Es aprendida, si el capital humano de la empresa no recibe formación, entonces asume por sentido común y sin una real conciencia comportamientos que considera particularmente que son lo mejor en su accionar dentro de la organización
Es perdurable hasta la existencia de una intervención educativa o de orientación profesional para mejorarla o transformarla
Es el componente de evaluación o afectividad simple de agrado-desagrado es inevitable y por lo mismo, requiere de una orientación
Tiene carácter definitorio de la identidad del sujeto y por ende del sentido de pertenencia
Conclusión:
El no invertir en un programa de formación para el desarrollo de la actitud laboral, repercute en los siguientes problemas en las empresas:
Calidad en los productos y servicios con alto índice de desperdicios
Clima organizacional nocivo "todos son culpables y directores"
Indice alto de: accidentes, rotación, despidos, y ausentismo
Poca aceptación de los programas de capacitación
Productividad inestable traducible a "paros técnicos"
Falta de credibilidad y confianza en la empresa
Pérdida del posicionamiento competitivo en el mercado
Desarrollo organizacional estacionado o limitado
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